miércoles, 17 de agosto de 2011

Ordenación Sacerdotal del Reverendo Omar.



La Familia “Cristiana del Buen Pastor”, comunidad Episcopal y Antigua y parte de la Iglesia Una de Cristo, reunida en la Capilla de la Prelatura "Comunidad carismática Jesús Misericordioso" de Bialet Masse, recibió a un nuevo sacerdote obrero, que luego de tantos años trabajando en el Servicio Diaconal en Cristo, maduró en su vocación y logro discernir definitivamente su rol, y libremente e iluminado con la Gracia del Espíritu Santo, decidió asumir con mayor responsabilidad la tarea de la construcción del Reino de Dios.



Según la parábola evangélica, el "dueño de casa" llama a los obreros a su viña a distintas horas de la jornada: a algunos al alba, a otros hacia las nueve de la mañana, todavía a otros al mediodía y a las tres, a los últimos hacia las cinco (cf. Mt 20, 1 ss.). En el comentario a esta página del Evangelio, San Gregorio Magno interpreta las diversas horas de la llamada poniéndolas en relación con las edades de la vida. "Es posible —escribe— aplicar la diversidad de las horas a las diversas edades del hombre.



En esta interpretación nuestra, la mañana puede representar ciertamente la infancia. Después, la tercera hora se puede entender como la adolescencia: el sol sube hacia lo alto del cielo, es decir crece el ardor de la edad. La sexta hora es la juventud: el sol está como en el medio del cielo, esto es, en esta edad se refuerza la plenitud del vigor. La ancianidad representa la hora novena, porque como el sol declina desde lo alto de su eje, así comienza a perder esta edad el ardor de la juventud. La hora undécima es la edad de aquéllos muy avanzados en los años (...).



Los obreros, por tanto, son llamados a la viña a distintas horas, como para indicar que a la vida santa uno es conducido durante la infancia, otro en la juventud, otro en la ancianidad y otro en la edad más avanzada". Podemos asumir y ampliar el comentario de San Gregorio Magno en relación a la extraordinaria variedad de personas presentes en la Iglesia, todas y cada una llamadas a trabajar por el advenimiento del Reino de Dios, según la diversidad de vocaciones y situaciones, carismas y funciones. Es una variedad ligada no sólo a la edad, sino también a las diferencias de sexo y a la diversidad de dotes, a las vocaciones y condiciones de vida; es una variedad que hace más viva y concreta la riqueza de la Iglesia.




Mediante la ordenación sacramental hecha por medio de la imposición de las manos y de la oración consagratoria a cargo del Arzobispo Juan Carlos se determinó en el Reverendo Omar “un vínculo ontológico específico que lo une con Cristo, Sumo Sacerdote y Buen Pastor”.



Querido Hermano Omar a partir de este momento te has transformado en “la Iglesia y para la Iglesia” en imagen real, viva y transparente de Cristo Sacerdote: “una representación sacramental de Jesucristo Cabeza y Pastor”. Has recibido como Don un poder espiritual, que es participación de la autoridad con que Jesús mediante su espíritu, guía a la Iglesia. Esta identificación sacramental te inserta a través del misterio de Cristo, en la comunión ministerial de la Iglesia para servir al Pueblo de Dios. Cuya mayor función sagrada la vas a ejercer en la comunión eucarística.







Cristo asocia a los Apóstoles a su misma misión: “Como el Padre me ha enviado, así los envío yo a ustedes”(Jn20,21) En la misma sagrada Ordenación está ontológicamente presente la dimensión misionera. El sacerdote es elegido, consagrado y enviado para hacer eficazmente actual la misión eterna de Cristo, de quien se convierte en auténtico representante y mensajero: “quien a ustedes oye, a mi me oye; quien los desprecia, a Mi me desprecia y, quien me desprecia, desprecia a Aquél, que me ha enviado” (Lc 10,16)


¡Felicitaciones! Presbítero Omar Alvarez y Bienvenido al segundo grado sacerdotal.

También el Espíritu Santo te confirió en tu ordenación la misión profética de anunciar y explicar, con autoridad, la Palabra de Dios.

A partir de hoy más que nunca con la ayuda de ese Espíritu de Dios debes estudiar su palabra en las Sagradas Escrituras con la luz de la tradición y con la ayuda de los grandes Maestros y Doctores, de ayer y de hoy, para transmitirle a tu comunidad.


Te deseo el mayor de los Éxitos, querido hermano, en ésta nueva etapa de tu misión. Mis bendiciones de Padre y como siempre a tu servicio para crecer en familia.






Mons. Daniel ofició de Maestro de Ceremonia en su casa. ¡Gracias! Querido y Estimado hermano en el Sacerdocio de Cristo por recibirnos en tu comunidad para celebrar esta fiesta comunitaria de amor.


Una fuerte Bendición en el nombre de Dios Padre Todopoderoso, del Hijo y del Espíritu Santo para que logremos la Unidad entre los Cristianos de buena voluntad y para que el Señor siga trayendo Obreros a su vid.

H.++ Juan Carlos

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