Jesucristo
el rostro humano de nuestro Dios, vino mandado por el Padre al encuentro con el
hombre y la mujer para liberarlos del mal, cumpliendo su programa
mesiánico con la fuerza del Espíritu (Cf
Lc. 4, 14,21), pese a su esfuerzo el mal ha crecido, el Pecado Social que está
aplastando a nuestros semejantes, requiere de una inmediata intervención de
Cristo.
Pero el
Redentor en su amor infinito y respetando la libertad con que el Padre dotó a
sus creados, confía plenamente en que el hombre y la mujer podrán superar las
barreras del egoísmo y aplastar ese cáncer social que avanza a pasos
agigantados y profundiza la brecha entre los ricos y los pobres, los egoístas y los solidarios, el mal y el
bien; por eso Cristo camina silencioso con Nosotros.
Mientras
Cristo vivo permanezca latente, y camine entre nosotros/as y con nosotros/as,
la esperanza está intacta, necesitamos los hombres y mujeres, a través del
amor, unirnos y fortalecernos para superar todos estos males, que son los de
siempre con un collar más indigno.
La
fortaleza es alimentarnos en Cristo, para con él derribar muros que nos separan
de la verdadera libertad y la paz que necesitamos para vivir plenamente por la
vía del amor en Igualdad con Todos los Hijos del mismo Padre.
La Navidad
es una hermosa época para alimentarnos: “El que viene a mi, nunca tendrá hambre. El que crea en mi nunca
tendrá sed”. (Jn 6, 25)
Cristo vino
a nuestro encuentro, sabiendo que el hombre y la mujer son capaces de
Dios, y desde su nacimiento como
verdadero hombre y verdadero Dios, está disponible todo el tiempo. ¿Qué estamos
esperando para ir con él?
Guiados por
la Escritura, fieles a la Iglesia de Cristo, interpelados por los signos de los
tiempos, siempre tenemos que recapacitar y profundizar los motivos de la
Encarnación de Jesús. Este intento nos hará sentir más necesidad de él y nos
impulsará a salir a su encuentro.
Aprovechemos
esta Navidad para renacer con Cristo; eliminemos al hombre/mujer viejo/a que
inhabita en nosotros y tanto daño hace a la Obra de Dios, démosle lugar: “al camino, la verdad y la vida”.
Digámosle SI a Cristo y pidámosle por nuestros hermanos/as más necesitados de
amor para que el Salvador: "ilumine
a los que habitan en tinieblas y en sombras de muerte, y que enderece sus pasos
por un camino de paz".
Feliz Navidad para todos los/las Cristianos/as y un gran día
para los hombres/mujeres de buena
voluntad.
Que Cristo en nosotros/as y con nosotros/as camine un 2014 lleno
de: salud física y espiritual; crecimiento personal; concreciones; amor y paz.
Oremos:
“Omnipotente Dios, tú has dado a tu unigénito Hijo para asumir
nuestra naturaleza, y nacer [este día] de una virgen pura: Concede que, siendo
nacidos de nuevo y hechos tus hijos por adopción y gracia, seamos renovados
cada día con tu Espíritu Santo; mediante nuestro Señor Jesucristo, a quien
contigo y el mismo Espíritu sea el honor y la gloria, ahora y por siempre. Amén.”
(LOC)
Mons. Juan Carlos Urquhart de Barros
Arzobispo de la Iglesia Episcopal Antigua en Argentina.
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